Estamos en medio de una gran transformación en el lugar de trabajo. En la era industrial, la atención se centraba en los trabajadores orientados a las tareas, cuya producción primaria provenía de sus manos. En la era de la información, el conocimiento incorporado en los empleados se convirtió en un componente central de la economía.
Ahora estamos entrando en la era cognitiva. En esta nueva era, en la que las máquinas son capaces de aprender, razonar e interactuar con los seres humanos de forma natural1, las fronteras entre las personas y la tecnología se desdibujan.
En lugar de disminuir el papel de las personas, en la era cognitiva las personas están a la vanguardia del trabajo y la realización de los beneficios de las nuevas tecnologías para lograr más de lo que nunca antes había sido posible. De hecho, la era cognitiva es también la era humana. Es un momento en el que el trabajo puede ser una experiencia más gratificante para los empleados.
Reconociendo que «la batalla por los corazones y las mentes de los empleados se desarrolla a diario a través de sus experiencias en el lugar de trabajo», las organizaciones están reexaminando la experiencia laboral de sus empleados.
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